Luego de la polémica de la previa, los equipos salieron a la cancha y Banfield dejó mucho que desear. Un 0-0 con los juveniles de Boca, que dejó muy pobres rendimientos futbolísticos y muchas dudas de cara al futuro.
Durante el primer tiempo, el equipo de Sanguinetti se vió sorprendido por Boca, que pese a haber disputado 90’ el viernes en el duelo de su divisional, mantuvo un ritmo intenso y con una presión alta que lo complicó a Banfield para crear sociedades en la mitad de la cancha. A eso se le sumó un mal partido de Soñora y Ríos, quienes fueron reemplazados en el entretiempo y que no pesaron en el armado de juego. Igualmente, lo más llamativo del partido fue la falta de generación de juego de Banfield, que más allá de dos centros enviados por Alvarez, que en una oportunidad fue conectado por Galoppo y puso en peligro la valla del ‘Xeneize’, el ‘Taladro’ no generó mayores jugadas de peligro en la primera etapa. Los de Sanguinetti siguen faltos de identidad, no se sabe a que juega el equipo, cual es el plan a llevar a cabo y ya sin actuaciones individuales destacadas, no puede imponerse sobre sus rivales.
En el segundo tiempo con los cambios, la imagen podría haber sido distinta, pero pese al cansancio Boca siguió atacando y de no ser por Altamirano, se podría haber puesto en ventaja en dos oportunidades. La sensación que quedó es que Banfield jugó un partido más, cómo si nada importase y los pibes de Boca jugaron el partido de su vida.
Hoy se volvieron a ver muchas dudas por parte de Sanguinetti, ya en la previa desde el armado del equipo y el planteo, hasta con los cambios en el transcurso del partido. Los cambios de rumbo que trató de llevar a cabo el entrenador, no sirvieron y los rendimientos del rival, dejaron en evidencia a un equipo perdido desde lo futbolístico. Esperamos que haya una mejora de aquí al miércoles, para poder obtener el primer triunfo del semestre y encaminar este mal arranque.
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