Al conocerse la noticia que Falcioni no era más el entrenador de Banfield, surgieron versiones de todo tipo con respecto a su final de ciclo.
La dirigencia fiel a su estilo enseguida pretendió, aunque sin lograrlo, tapar la desvinculación del técnico con la posibilidad de que en el futuro sea manager. Ésta manera de manejarse no llama la atención, ya que siempre ante la noticia que puede evidenciar manejos equivocados, sale inmediatamente la estrategia dirigencial de armar un relato para conformar a propios y extraños.
Cualquiera que pueda transitar los pasillos del club, se puede dar cuenta que muchas cosas en Banfield no están bien, y lo que hacen los dirigentes es solamente solapar una realidad para beneficio personal.
Lo que resulta llamativo es que toda la realidad que vive Banfield en éstos tiempos no se vea reflejada en los medios de comunicación. Con respecto a esto, habría que señalar que los dirigentes arman su relato en complicidad con muchos de los periodistas que informan del club día a día, y con algunos medios tradicionales que responden a la lógica oficialista; a ésta lista habría que sumar a todo el ejército de las redes sociales, que aparte de mostrar lo peor de cada uno, aprueban los títulos del relato reproduciéndolos una y otra vez.
Hoy por hoy, el periodismo deportivo exhibe su peor cara, que es la de prostituirse por una pauta y bajando la línea de la ética a los niveles del subsuelo. Quizás todos deberíamos hacer una autocrítica muy grande acerca de lo que informamos, y los modos en que manejamos y exponemos las noticias. El periodismo independiente no puede existir si la pauta es lo primordial.
Está claro que lo que sucede en Banfield, no solo con el tema Falcioni, sino con otros temas, los periodistas partidarios del Taladro lo saben y lo ocultan. Son muy pocos los que se atreven a contar que Falcioni está en desacuerdo con su desvinculación y que no lo esperaba. Claramente es mentira que estaba todo hablado, e incluso hay una interna fuerte dentro del mismo cuerpo técnico que seguramente en el corto plazo saldrá a la luz.
Hacer periodismo significa dudar de las realidades aparentes, dudar de lo oficial, y poner en cuestionamientos a aquellos que manejan el poder. En éste sentido, muchas veces las verdades se encuentran peinando la realidad a contrapelo, o buscando el sentido en esas cosas que parecen pequeñas pero que muestran en primer plano lo verdadero.
Es preciso marcar que pese a todo el manejo mediático el socio de Banfield entiende y sabe que hay mentiras que están instaladas, y verdades que solo se pueden encontrar buscando mucho. Tambien sabe el socio, que pese a la inmensa ráfaga de títulos «compradores» en los distintos formatos, hay un club que está manejado por Eduardo Spinosa sin tener cargo en la comisión directiva y que ésto lastima gravemente la democracia de la institución.
Los que hacemos periodismo debemos contar la verdad, aunque ésta vaya en contra de los intereses de los medios para los cuales trabajamos. Parece una utopía, o una verdad de perogrullo, pero no lo es. El periodismo en estos tiempos de redes sociales, de pautas publicitarias, de viejos y nuevos medios debe refundarse, y todos debemos aportar para que eso suceda.
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