Aunque aseguran cobrar millones de dólares, la dirigencia incorporó jugadores que aún tienen mucho por desarrollar y no le cambian la ecuación a Banfield. Desmantelaron el plantel y en el campo de juego se nota que el equipo tiene mucho menos que antes.
Por supuesto que la culpa no es de Soñora, Canto, Miceli, Barbero, Flores y Domingo, que ante la chance de vestir la camiseta del Más grande del Sur, no lo dudaron. Pero todavía están verdes, no son futbolistas probados -excepto Nicolás Domingo- en Primera División que puedan cambiar ser considerados refuerzos, sino más bien incorporaciones.
Chispazos de Joel Soñora aún no alcanzan para darle el salto de calidad al conjunto de Javier Sanguinetti. Es demasiado intermitente, en un equipo que claramente necesita un armador de juego que pise fuerte en la cancha.
Canto no es más que el juvenil Quinteros, Miceli y Barbero son claramente suplentes para el DT y Flores, pedido por el Archu, todavía ni jugó. Como si fuera poco, por «amarrocar» el dinero que dicen percibieron, Domingo llegó ya pasada la fecha 8 y con Banfield afuera de la Copa Argentina.
¿Cuál es el plan de esta comisión directiva? ¿Derrumbar el único cuasi logro deportivo de llegar a la final contra Boca? Porque parece que hicieron todo lo posible por desactivar las pocas sociedades que andaban bien y hasta están desvalorizando a jugadores que eran figuras del fútbol argentino, como Galoppo. ¡Muy mal!
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