Siempre las malas decisiones a la larga o a la corta se terminan pagando caro. La gran actuación que realizó Banfield en la Copa Maradona hizo que emigraran varios jugadores hacia otros equipos. Las urgencias económicas aportaron mucho para el apuro de vender jugadores y tapar agujeros que los propios dirigentes generaron con su pésima gestión. El gran trabajo de Javier Sanguinetti se ve opacado por la mala decisión dirigencial de no haber reforzado el plantel antes del inicio del actual torneo. Si bien el equipo tiene muchas chances de clasificar todavía, y está cerca de los primeros lugares, está claro que desde lo futbolístico el cuerpo técnico sigue buscando rearmar un equipo que funcionaba muy bien, pero que se desarmó muy rápido.
Es cierto que la ola masiva de contagios afectó mucho el rearmado del primer equipo y el técnico tuvo que contar con varios juveniles para afrontar los compromisos; con respecto a esto es importante marcar que a todos los chicos que les tocó ingresar dejaron todo en la cancha y tuvieron grandes actuaciones, aunque ésto no alcance para tapar o justificar a una dirigencia que desarmó el equipo y afectó sensiblemente el trabajo de Sanguinetti.
El técnico del Taladro sigue buscando el mejor rendimiento del equipo, aunque en los últimos partidos se vio un nivel muy por debajo de lo que en algún momento se logró. En éste sentido también habría que subrayar algunas bajas individuales, y sobre todo el cambio de nombres y sistema permanentes que conspiran contra la búsqueda del mejor juego.
La derrota frente a Platense sumó varias dudas en el mundo Banfield y en los tres partidos que restan el Taladro deberá sumar mucho para clasificar a los cuartos de final, aunque más allá de lograr o no el objetivo, se sabe que en el fútbol no hay magia, y cuando se desarma un equipo, cuesta mucho volver a armarlo.
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