Javier Sanguinetti ya demostró en Banfield que es un gran entrenador. No por nada estuvo muy cerca de ganarle una final al Boca bicampeón de Miguel Ángel Russo tras un torneo en el que su equipo mostró un nivel muy alto por momentos.
Sin embargo, tanto en la pasada Liga Profesional como en esta que acaba de arrancar, sumado al tropezón con San Telmo por Copa Argentina, Banfield dista mucho de aquel subcampeón y deja una imagen que a cualquier otro DT se le haría difícil de sobrellevar. Pero… ¿es culpa de «Archu» éste flojísimo momento?
Si se toma el equipo que inició aquella final contra el Xeneize, sólo repitieron ayer cinco futbolistas: Emanuel Coronel, Alexis Maldonado, Luciano Lollo, Giuliano Galoppo y Mauricio Cuero. Más de medio equipo ya no está en el club y quienes llegaron para reemplazarlos fueron, en su gran mayoría, apuestas.
Tomando desde la llegada de Sanguinetti en julio de 2020, Banfield vendió jugadores por 6 millones de dólares (2.5 Jorge Rodríguez, 1.5 Claudio Bravo, 2 Agustín Fontana), y falta aún contar el valor en el que se irá Martín Payero, venta aún no oficializada pero que rondaría los 8 millones de dólares. O sea, el Taladro, con Sanguinetti de DT habrá vendido jugadores en casi 15 millones de dólares.
Sin embargo, si vamos al rubro incorporaciones, el gasto dista muchísimo de ese número: los primeros refuerzos llegaron libres (Mauricio Cuero y Luciano Pons), y Alejandro Cabrera arribó a préstamo de Estudiantes de Caseros por 50 mil dólares. Además, se compró a Luciano Lollo, quien estaba cedido por River, por 255 mil dólares.
En este último mercado, pese a las salidas que hubo, la idea siguió siendo reforzarse con apuestas: llegaron libres Joel Soñora (suplente de Talleres), Valentín Barbero (suplente en Belgrano), Gonzalo Miceli (alternaba en Chicago) y Gustavo Canto (libre de Patronato, donde fue uno de los mejores).
En ningún momento esta CD se planteó la idea de jerarquizar el plantel con un par de refuerzos en serio e ir por más con ese plantel que estuvo tan cerca de la gloria. No. Y lo triste, además de desgastar la imagen de un ídolo como Archu y de desperdiciar la oportunidad de dar el salto, es que esos ingresos ni siquiera fueron invertidos en mejorar la infraestructura del club, por ejemplo. ¿Hasta cuándo?
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