Banfield pasó de ser un equipo competitivo a naufragar las últimas posiciones de la tabla, con un equipo mediocre que dejó esta comisión directiva. Javier Sanguinetti seguramente tenga mucho por mejorar, pero le sacaron a los mejores futbolistas y le rellenaron el plantel con muchos que todavía no están a la altura.
La culpa no es de los jugadores, sino quien debe hacerse cargo de todo esto es Eduardo Spinosa, presidente tácito del club, luego de la partida de Lucía Barbutto.
¿Este es el Banfield que quieren? Que ya está a más de 10 puntos de distancia de Lanús, que pierde contra Platense, que mira de abajo a clubes como Sarmiento, Godoy Cruz o Patronato. Un equipo sin identidad, sin forma, sin objetivos.
Lamentablemente algunos se conforman con haber llegado a una final, ¿pero después de eso qué? Se hizo absolutamente todo mal, perjudicando la imagen del club y perdiendo prestigio fin de semana tras fin de semana. ¿En dónde están los supuestos millones por los que vendieron? ¿Quieren un club sólo de fútbol y en el fútbol se está cada vez peor?
¡Háganse cargo, porque esto es Banfield! Dejen de regalar prestigio. Una de las instituciones más añejas del fútbol argentino, que supo pelear bien arriba en Primera División, que disputó copas internacionales de manera contínua, que salió campeón, que formó planteles competitivos. Y hoy se arrastra en el fondo de la tabla.
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